viernes, 18 de junio de 2010

Porque las pequeñas cosas son las que marcan grandes diferencias

Últimamente, hablando con gente que empieza y recordando cosas que hasta hace no mucho yo mismo pensaba o hacía, hoy por hoy, estoy en disposición de asegurar que esos pensamientos o líneas de juego no son mas que lastres para nuestros resultados gananciales.
Paso a enumerar algunos en los que, seguramente, nos veremos identificados más de uno, ya sea porque lo hacemos, porque lo hacíamos o porque hemos visto a alguien hacerlo.

“Eso es un farol”

Cuando sabemos que llevamos la mejor mano y vamos metiendo ¾ del bote en todas las calles para defendernos de un jugador que le gusta jugar proyectos y que además es un “pagganini”, y en el river se completa un proyecto de escalera a falta de dos cartas intermedias, o alguna cosa de estas maravillosas, y el personaje en cuestión nos mete una apuesta del bote o más y aunque nuestro sentido común nos dice: “Tíralas que ha ligado el tío perro”, una vocecilla nos susurra: “Cómo mierda me va a venir pagando con 3 6, por poner un ejemplo. Es imposible, eso es un farol.” Esto es un gran error. Por supuesto que en determinados escenarios ese call sería correcto, pero debemos de evaluar muy bien la situación y no caer en la falta de menospreciar las apuestas de los villanos.

“No puedo tirarme”

Vamos a suponer que estamos jugando 10/20 FR y estamos en el CO, nos reparten A9s y la mano nos llega limpia. Bueno, no es un cañón pero a ver si podemos robar o alguno hace call y lo tiramos en el flop. Subimos a 4bb: todos se tiran, menos la ciega grande que hace un minraise a 8bb, miramos la mano y sabemos que con esas cartas contra A7+ nos tiene dominados y con cualquier pareja 99+ estamos por detrás, aún así, pensamos: “No puedo tirarme, sólo es un intento de defender la ciega”, así que pagamos, sale el flop con un A hacemos CB y el rival nos hace un minraise, ese momento es cuando no debemos dejarnos llevar por este pensamiento, porque lo único que ocurrirá es que nos nuble el buen juicio. Recordemos que en esto del póquer, a veces, el mejor movimiento es fold.

“Tengo que apostar”


Sin duda hay situaciones en las que la agresividad es la clave para ganar, pero la agresión, es decir las apuestas, debemos hacerlas con intencionalidad, no de forma instintiva. Imaginemos una mesa completa en la que hacemos un raise y recibimos 5 call, sale un flop con cartas bajas y los que tenemos por delante pasan y nosotros con nuestra pareja de 99, que somos agresores proflop, sin pensar hacemos una CB de3/4 de bote, cuando deberíamos de reflexionar sobre si esa es la mejor situación para jugar un bote grande o por el contrario nos interesa mantener el tamaño del bote lo mas pequeño posible o, incluso según como se desarrolle la mano, foldear. Un jugador loose en la ciega nos hace call y el resto se tiran, en el turn sale un A y decidimos meter un segundo cañonazo para tirarle de la mano, porque no queremos demostrar debilidad, y el villano hace call en el river, sale una blanca y es cuando dices “tengo que apostar que lo tiro”, con el tamaño del bote y para demostrar aún más fuerza te restas. La cuestión no es que esté mal hecho, el problema es por qué lo hemos hecho. Posiblemente hubiéramos tenido mejores opciones, pero la idea de tener que apostar por “Huevos”, otra vez sabotea nuestro buen juicio.

“Me quedo hasta que recupere”

Éste, a mi modo de ver, es el más peligroso de los errores que podemos cometer. Si estamos perdiendo, probablemente haya una razón. Tal vez sea sólo que la amiga varianza a venido a alegrar nuestra vida sexual. Pero lo más probable es que no estemos jugando bien. Pensemos las cosas desde un punto vista práctico. La probabilidad de que tengamos mal juego es directamente proporcional al tiempo que nos tiremos intentando remontar. Por una razón muy sencilla, cuanto más alarguemos la sesión, más cansados estaremos y cuanto más cansados estemos, menos nos aproximaremos a nuestro juego óptimo, si a esto le sumamos que seguiremos bajando, aumentará nuestra ansiedad y, por tanto,entraremos en una peligrosa espiral. Que no sería el primero que, en una de éstas, revienta el bank o si no le da un boca’o, y luego tiene que estar todo el mes para recuperar. Así que yo os aconsejaría que pusierais un límite de pérdidas en vuestras sesiones y cuando lo alcancéis, cerréis la sesión y os deis una vuelta, os fumáis algo o lo que os relaje, para luego volver otra vez al ataque.

Espero que estas reflexiones nos ayuden para desovar sin dejarnos los huevos.

La canción de hoy:



Un saludo.

Nos vemos en las mesas.

Dosi